Lecturas
Isaías 40, 1-5.9-11 Salmo 103 Tito
2, 11-14;3, 4-7
Lucas 3, 15-16.
21-22
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En aquel tiempo, el pueblo
estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él
tomó la palabra y dijo a todos:
“Yo los bautizo con agua;
pero viene uno que es más
poderoso que yo,
y yo ni siquiera soy digno de
desatar la correa de sus sandalias;
Él los bautizará en el Espíritu
Santo y en el fuego”
Todo el pueblo se hacía bautizar,
y también fue bautizado Jesús. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el
Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
“Tú eres mi Hijo querido,
mi predilecto”
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1° Comentario
En este domingo después de la Epifanía celebramos
el Bautismo de Jesús, y hacemos memoria grata de nuestro Bautismo. ¡Pensemos
a qué dignidad nos eleva el Bautismo!... Tal estupenda realidad de ser
hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús y reproducir en
nosotros mismos sus rasgos: mansedumbre, humildad, ternura. Y esto
no es fácil… Pero con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo es posible.
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Referencia
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2° Comentario
Pasamos rápidamente por todo y nos quedamos casi
siempre en la superficie. Se nos está olvidando escuchar y mirar la vida con
un poco de hondura y profundidad. Cada vez hay menos espacio para el espíritu
en nuestra vida diaria. Pero lo triste es observar que, con demasiada
frecuencia, tampoco la religión es capaz de dar calor y vida interior a las
personas.
Los evangelistas presentan a Jesús como el que
viene a “bautizar con Espíritu Santo, es decir, como alguien que puede
limpiar nuestra existencia... Y, quizás, la primera tarea de la Iglesia
actual sea, precisamente, la de ofrecer ese “Bautismo de Espíritu Santo” al
hombre de hoy.
Necesitamos ese Espíritu que
nos enseñe a pasar de lo puramente exterior a lo que hay de más íntimo en el
hombre, en el mundo y en la vida.
José A. Pagola
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Referencia
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3° Comentario
“pero viene uno que es más poderoso que yo”.
Juan el Bautista nos recuerda nuestra misión. Nuestra
misión es “allanar los caminos” para qué Jesús se encuentre con su pueblo.
No nos equivoquemos de lugar. Sigamos purificando nuestras motivaciones como discípulos-misioneros.
¡Padre nuestro, en este Domingo, te pedimos humildad, humildad y humildad!
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Música para meditar
domingo, 10 de enero de 2016
Bautismo del Señor
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