Música para meditar

domingo, 10 de enero de 2016

Bautismo del Señor

Lecturas Isaías 40, 1-5.9-11 Salmo 103 Tito 2, 11-14;3, 4-7
Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
“Yo los bautizo con agua;
pero viene uno que es más poderoso que yo,
y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias;
Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”

Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
“Tú eres mi Hijo querido,
mi predilecto”

1° Comentario

En este domingo después de la Epifanía celebramos el Bautismo de Jesús, y hacemos memoria grata de nuestro Bautismo. ¡Pensemos a qué dignidad nos eleva el Bautismo!... Tal estupenda realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús y reproducir en nosotros mismos sus rasgos: mansedumbre, humildad, ternura. Y esto no es fácil… Pero con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo es posible.

Papa Francisco , 10/01/2016, Angelus

Referencia

2° Comentario

Pasamos rápidamente por todo y nos quedamos casi siempre en la superficie. Se nos está olvidando escuchar y mirar la vida con un poco de hondura y profundidad. Cada vez hay menos espacio para el espíritu en nuestra vida diaria. Pero lo triste es observar que, con demasiada frecuencia, tampoco la religión es capaz de dar calor y vida interior a las personas.

Los evangelistas presentan a Jesús como el que viene a “bautizar con Espíritu Santo, es decir, como alguien que puede limpiar nuestra existencia... Y, quizás, la primera tarea de la Iglesia actual sea, precisamente, la de ofrecer ese “Bautismo de Espíritu Santo” al hombre de hoy.

Necesitamos ese Espíritu que nos enseñe a pasar de lo puramente exterior a lo que hay de más íntimo en el hombre, en el mundo y en la vida.

José A. Pagola
Referencia

3° Comentario
“pero viene uno que es más poderoso que yo”.
Juan el Bautista nos recuerda nuestra misión. Nuestra misión es “allanar los caminos” para qué Jesús se encuentre con su pueblo. No nos equivoquemos de lugar. Sigamos purificando nuestras motivaciones como discípulos-misioneros. 
¡Padre nuestro, en este Domingo, te pedimos  humildad, humildad y humildad!

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