Lecturas
Isaías 65, 17-21 Salmo 29 Juan 4, 43-54
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1) Lectura
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Segundo signo: el hijo del funcionario del rey
Introducción
Transcurridos los dos días, Jesús partió
hacia Galilea. El mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio
en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron
bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la
Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta.
Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el
agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaúm.
Nudo
Cuando supo que Jesús había
llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que
bajara a curar a su hijo moribundo. Jesús le dijo:
“Si
no ven signos y prodigios, ustedes no creen”
El funcionario le respondió:
“Señor,
baja antes que mi hijo se muera”.
Le respondió Jesús:
“Vuelve
a tu casa, tu hijo vive”
El hombre creyó en la palabra
que Jesús le había dicho y se puso en camino.
Desenlace
Mientras descendía, le salieron
al encuentro sus servidores y la anunciaron que su hijo vivía. El
les preguntó a qué hora se había sentido mejor. Le respondieron:
“Ayer,
a la una de la tarde, se le fue la fiebre”
El padre recordó que era la
misma hora en que Jesús le había dicho:
“Tu
hijo vive”
Y entonces creyó él y toda su
familia. Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a
Galilea.
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2) Reconocer– Reconocer-se
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Cuando supe que Jesús había llegado… fui a verlo
y le suplique que bajara a curar a... Jesús me dijo:
“Si
no ves signos y prodigios, no crees”
Le respondí:
“Señor,
baja…”.
Él me respondió:
“Vuelve
a tu casa… vive”
Creí en la palabra que Jesús me había dicho y me
puse en camino.
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3) Masticar - Alimentarse
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" El hombre creyó
en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino"
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4)Interrogarse - Traspasar
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¿“Creo
en la Palabra de Jesús”?
¿“Me
pongo en camino” después de haberla escuchado?
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Comentario
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No vagabundear por la vida…
El Papa hizo una distinción acerca de tres tipos de creyentes
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Tienen en
común… de saber que la vida cristiana es un itinerario
·
Pero se
diferencian en el modo de recorrerlo
La esencia de la vida cristiana es “caminar hacia las promesas”.
1. Hay
cristianos que se fían de las promesas de Dios y las siguen
El
modelo de quien cree y sigue lo que la fe le indica es el funcionario del rey
descrito en el Evangelio, que pide a Jesús la curación de un hijo enfermo y
no duda un instante en ponerse en camino hacia casa cuando el Maestro le
asegura que la ha obtenido.
2. Hay
otros cuya vida de fe se estanca
Están los
cristianos que tienen “la tentación de detenerse”: ¡Tantos cristianos detenidos! Tenemos
tantos detrás que tienen una esperanza débil. Sí creen que existe el Cielo y
que todo irá bien. Está bien que lo crean, ¡pero no lo buscan! Cumplen los
mandamientos, los preceptos: todo, todo… Pero están detenidos. El Señor no
puede hacer de ellos levadura en su pueblo, porque no caminan. Y esto es un
problema: los detenidos.
Entre
ellos, y nosotros, hay quienes se equivocan de camino: todos nosotros algunas
veces nos hemos equivocado de camino, esto lo sabemos. El
problema no es equivocarse de camino; el problema es no regresar cuando uno se da cuenta de haberse
equivocado”.
3. Hay
otros… que hacen “turismo
existencial”
El grupo “más peligroso”, en el que están aquellos que “se
engañan a sí mismos: los que caminan pero no hacen camino”: “Son
los cristianos errantes: giran, giran como si la vida fuera un turismo
existencial, sin meta, sin tomar las promesas en serio. Aquellos que giran y
se engañan, porque dicen: ‘¡Yo camino!’. No, tú no caminas: tú giras. Los errantes…
El Señor
nos pide que no nos detengamos, que no nos equivoquemos de camino y que no
giremos por la vida. Girar por la vida... Nos pide que miremos las promesas,
que vayamos adelante.
“Nuestra condición
de pecadores hace que nos equivoquemos de camino”, reconoció el
Papa Francisco, si bien aseguró que: “El Señor nos da
siempre la gracia de volver”: “La Cuaresma es un tiempo hermoso para pensar si estoy en camino o si
estoy demasiado quieto: conviértete. O si me he equivocado de camino: pero ve
a confesarte y retoma el camino. O si soy un turista teologal, uno de estos
que hacen el giro de la vida pero jamás dan un paso hacia adelante. Y pido al
Señor la gracia de retomar el camino, de ponerme en camino, pero hacia las
promesas”.
Papa Francisco , 31/03/2014, Homilía en
la casa Santa Marta
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Referencia
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Música para meditar
lunes, 31 de marzo de 2014
Lunes IV Semana de Cuaresma
domingo, 30 de marzo de 2014
IV Domingo de Cuaresma
jueves, 6 de marzo de 2014
Jueves después de Ceniza
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Lecturas
Deut. 30, 15-20 Sal 1 Lucas 9, 22-25
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1) Esperar
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Anuncio dela Pasión
“El hijo del hombre, les dijo:
·
debe sufrir mucho,
·
ser rechazado por los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas,
·
ser condenado a muerte
·
y resucitar al tercer día”.
Condiciones del discipulado
Después dijo a todos:
“El que quiera venir detrás de
mí,
·
que renuncie a sí mismo,
·
que cargue con su cruz cada día
·
y me siga.
Porque el que quiera salvar su
vida, la perderá
y el que pierda su vida por mí,
la salvará. ]
¿De qué le servirá la hombre
ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?
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2) Reconocer– Reconocer-se
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Condiciones del discipulado
Después me dijo:
“Si quieres venir detrás de mí,
·
renuncia a ti mismo,
·
carga con tu cruz de cada día
·
y me sigues.
Porque si quieres salvar tu
vida, la perderás
y si pierdes tu vida por mí, la
salvarás.
¿De qué te sirve ganar el mundo
entero, si pierdes y arruinas tu vida?
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3) Masticar - Alimentarse
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“[…] El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo.”
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4)Interrogarse - Traspasar
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¿A
qué sigo apegado que me impide seguir libremente a Jesús?
¿A
qué me cuesta renunciar para seguirlo?
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Comentario
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Humildad,
docilidad, generosidad: este es el estilo cristiano, un camino que
pasa por la cruz, como hizo Jesús, y es un camino que lleva a la alegría.
En el Evangelio propuesto de la liturgia del
jueves posterior al Miércoles de Ceniza, Jesús dice a los discípulos: “El que
quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz
cada día y me siga.” Éste es “el estilo cristiano” porque Jesús fue el
primero que recorrió “este camino”: “No podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino.
Existe siempre este camino que Él hizo primero: el camino de la humildad, también el camino de la
humillación a sí mismo, para luego resurgir. Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una
cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y
va adelante. No sin cruz, no sin Jesús”.
Jesús “dio el ejemplo” y, “siendo igual a Dios”,
“se humilló a sí mismo, se hizo siervo por todos nosotros”: “Y este estilo
nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de
humillarse a sí mismo es para dar vida, está en contra del camino del
egoísmo, de ser apegado a todos los bienes sólo para mí … Este camino está abierto a los demás, porque aquel
camino que ha hecho Jesús, de humillación, aquel camino ha sido hecho para
dar vida. El estilo cristiano es precisamente este estilo de humildad, de
docilidad, de mansedumbre”.
“Quien quiera salvar la propia vida, la perderá”
– repite Jesús – porque “si el grano no muere, no puede dar fruto”. Y “esto, con alegría porque
la alegría nos la da Él mismo. Seguir a Jesús es
alegría, pero seguir a Jesús con el estilo de Jesús, no con el
estilo del mundo”. Seguir el estilo cristiano significa recorrer el camino
del Señor, “cada uno como pueda”, “para dar vida a los demás, no para dar
vida a sí mismo. Es el espíritu de la generosidad”. Nuestro egoísmo nos
empuja a querer parecer importantes ante los demás. En cambio, el libro de la
Imitación de Cristo “nos da un consejo bellísimo: ‘Ama no ser
conocido y ser juzgado como nada’. Es la humildad cristiana,
aquello que Jesús fue el primero en practicar”:
“Y esta es nuestra alegría, y esta es nuestra fecundidad: ir con Jesús.
Otras alegrías no son fecundas; sólo piensan en ganar el mundo entero, pero
al final pierden y arruinan la vida. Al inicio de la Cuaresma pidamos al
Señor que nos enseñe un poco este estilo cristiano de servicio, de alegría,
de humillación de nosotros mismos y de fecundidad con Él, como Él la quiere”.
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Referencia
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