Música para meditar

lunes, 20 de enero de 2014

Lunes 20 de enero

ORACIÓN DE LA MAÑANA

1 Sam 15, 16-23

  • Reconocer

La lectura nos permite escuchar un diálogo. Si bien, es un diálogo entre Samuel y Sául, es un diálogo entre Dios y Sául. En este diálogo, tomo el lugar de Saúl y hago propio el mensaje de Dios por medio de las palabras de Samuel.

  • Masticar

Por eso, durante esta jornada quisiera rumiar estas palabras: 
"¿Quiere el Señor sacrificios o quiere que se obedezca su voz?

  • Dejarse Interrogar
Comentario del Papa Francisco

La libertad cristiana está en la docilidad a la Palabra de Dios [...]Debemos estar siempre listos a acoger la “novedad” del Evangelio y las “sorpresas de Dios. [...]Para acoger verdaderamente la Palabra de Dios tenemos que tener una actitud de “docilidad”. La Palabra de Dios - observó – es viva y por eso viene y dice aquello que quiere decir: no aquello que yo espero que diga o aquello que yo quiero que diga. Es una Palabra “libre”. Y es también sorpresa, porque nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Es novedad.


El Evangelio es novedad. La Revelación es novedad. Nuestro Dios es un Dios que siempre hace las cosas nuevas y pide de nosotros docilidad a su novedad [...]. Podemos preguntarnos: ¿soy dócil a la Palabra de Dios o hago siempre aquello que yo creo sea la Palabra de Dios? 



Saúl, precisamente el elegido de Dios, ungido de Dios, había olvidado que Dios es sorpresa y novedad. Había olvidado, se había cerrado en sus pensamientos, en sus esquemas, y así razonó humanamente. Pero él razonó con su pensamiento, con su corazón, cerrado en sus costumbres mientras nuestro Dios, no es un Dios de costumbre: es un Dios de sorpresas. Saúl no obedeció a la Palabra de Dios, no fue dócil a la Palabra de Dios. Y Samuel le reprochaba justamente esto, le hace sentir que no ha obedecido, no ha sido siervo, ha sido señor, él. Se ha adueñado de la Palabra de Dios. La rebelión, no obedecer a la Palabra de Dios – remarcó el Obispo de Roma – es pecado de adivinación”. Y agregó: La obstinación, la no docilidad a hacer lo que tú quieres y no aquello que quiere Dios, es pecado de idolatría”.


La liberad cristiana y la obediencia cristiana son docilidad a la Palabra de Dios

Este valor de discernir siempre: discernir [...] Discernir siempre qué cosa hace el Espíritu en mi corazón, qué cosa quiere el Espíritu en mi corazón, a dónde me lleva el Espíritu en mi corazón. Y obedecer. Discernir y obedecer. Pidamos hoy la gracia de la docilidad a la Palabra de Dios.

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