Música para meditar

martes, 21 de enero de 2014

Martes 21 de enero

ORACIÓN DE LA MAÑANA

1 Sam 16, 1- 13

  • Reconocer

La lectura nos revela la oración y misión de Samuel

  1. ORACIÓN. El diálogo entre Dios y Samuel: un diálogo entre preguntas y respuestas, un diálogo de confrontación, un diálogo que nos permite conocer más sobre las personas que dialogan, un diálogo que se cierra en la confianza).
  2. MISIÓN.  Samuel es enviado a cumplir la Palabra. Asume un riesgo pero confiando. La misión es una oportunidad para Samuel para conocer más sobre Aquél que lo envía.

En ambos momentos, que no se encuentran separados sino interactuando entre si,  me revela un aspecto de Dios; ese aspecto quiero rescatar y hacerlo propio. 

  • Masticar

Por eso, durante esta jornada quisiera rumiar estas palabras: 
"Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias pero Dios ve el corazón"

  • Dejarse Interrogar
Comentario del Papa Francisco

Custodiemos nuestra pequeñez 
para dialogar con la grandeza del Señor.

El Señor tiene con nosotros una relación personal, jamás un diálogo masivo. El Señor, prosiguió, elige siempre a los pequeños, quien tiene menos poder, es porque mira a nuestra humildad. 
La relación del Señor con su pueblo es una relación personal siempre, de persona a persona, no es un diálogo entre el poderoso y la masa.
Una relación entre Dios y nosotros pequeños: Dios, es grande, y nosotros pequeños. Cuando debe elegir a las personas, también a su pueblo, Dios siempre elige a los pequeños. Precisamente hay un “diálogo entre Dios y la pequeñez humana”.
El profeta Samuel está ante el más grande de los hijos de Jesé y piensa que sea “su consagrado, porque era un hombre alto, grande”. Pero el Señor le dice “No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque yo lo he descartado, porque aquello que ve el hombre no cuenta”. De hecho “el hombre ve la apariencia, pero el Señor ve el corazón”. El Señor elige según sus criterios”. Y elige a los débiles y a los dóciles, para confundir a los poderosos de la tierra.
Todos nosotros con el Bautismo hemos sido elegidos por el Señor. Todos somos elegidos. Nos ha elegido uno a uno. Nos ha dado un nombre y nos mira. Hay un diálogo, porque el Señor ama así.
Pensando en estas cosas, en este diálogo entre el Señor y nuestra pequeñez, agregó, me pregunto ¿dónde está la fidelidad cristiana?. 

La fidelidad cristiana, nuestra fidelidad, es simplemente custodiar nuestra pequeñez, para que pueda dialogar con el Señor. Custodiar nuestra pequeñez. Por esto la humildad, la docilidad, son muy importantes en la vida del cristiano, porque es una custodia de la pequeñez, a la cual el Señor gusta mirar. Y siempre existirá el diálogo entre nuestra pequeñez y la grandeza del Señor.

El Señor nos de la gracia de custodiar ante Él nuestra pequeñez.

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