Los Sacramentos: la Eucaristía
Nos preguntamos qué relación
tiene la Eucaristía con nuestra vida. Hay algunos indicadores
concretos que nos ayudan en
este sentido.
Si vivimos bien la Eucaristía un
indicador es cómo nos relacionamos con los demás.
A Jesús le gustaba estar con la gente, compartir sus anhelos, los problemas y
preocupaciones. En la Santa Misa nos encontramos con muchas personas, pero ¿las
vemos en verdad como hermanos y hermanas? ¿La Eucaristía nos lleva a salir al
encuentro de los pobres, de los
enfermos, de los marginados, viendo en ellos el rostro de Jesús? ¿O más bien
cuando salimos de Misa criticamos a uno, al otro por cómo estaba vestido éste o
aquel?
Un segundo indicador es sentirnos perdonados e impulsados a perdonar.
Quien celebra la Eucaristía no lo hace porque sea mejor que los demás, todos
somos pecadores y si uno no se siente pecador es mejor que no vaya a Misa,
porque el primer acto que hacemos en la Misa es decir “Confieso que soy
pecador” y pedir el perdón por los pecados. Si no lo siente no va vivir bien la
Eucaristía.
Un último indicador es la coherencia entre la liturgia y la vida de
nuestras comunidades. La Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos de
Jesús. Es la obra y el don de Cristo presente allí que sale a nuestro encuentro
y nos alimenta con su Palabra y con su vida.
Catequesis completa
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