Música para meditar

domingo, 2 de febrero de 2014

Presentación del Señor

EJERCICIO: Lectio VOCATIONALIS
Lectura Lucas 2, 22-40
1) Esperar
Presentación de Jesús
Introducción: Presentación de Jesús en el Templo
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación [Lev 12, 2-4: Purificación de la parturienta], llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor" [Ex 13, 2]. También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor [Lev 12, 6-7]
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel [Isaías 42, 1]. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Desarrollo: El “Nunc dimitis”
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
“Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos:luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”.
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Desenlace: Profecía de Simeón
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre:
“Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”.

Introducción: Profecía de Ana
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Desarrollo
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Desenlace: Vida oculta de Jesús de Nazaret
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

2) Reconocer– Reconocer-se
El Evangelio describe los acontecimientos que sucedieron en la purificación de María y presentación del niño en el Templo. De las descripciones, quiero destacar la descripción del viejo Simeón: justo y piadoso …esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él.

3) Masticar - Alimentarse
Conducido por el mismo Espíritu”
4)Dejarse Interrogar - Traspasar
Como el viejo Simeón y la anciana Ana, como tantos hombres que se dejaron conducir por el Espíritu Santo, que seamos dóciles a su accionar en nosotros.
Comentario
La fiesta de la Presentación de Jesús al Templo es llamada también la fiesta del encuentro: el encuentro entre Jesús y su pueblo; cuando María y José llevaron a su niño al Templo de Jerusalén, ocurrió el primer encuentro entre Jesús y su pueblo, representado por dos ancianos Simeón y Ana.
Aquel fue también un encuentro al interior de la historia del pueblo, un encuentro entre los jóvenes y los ancianos: los jóvenes eran María y José, con su recién nacido; y los ancianos eran Simeón y Ana, dos personajes que frecuentaban el Templo.
Observamos qué cosa dice de ellos el evangelista Lucas, cómo los describe.
De la Virgen y de san José repite por cuatro veces que querían hacer aquello que estaba prescrito por la Ley del Señor. Se intuye, casi se percibe que los padres de Jesús se alegran de observar los preceptos de Dios, sí, ¡la alegría de caminar en la Ley del Señor! Son dos recién casados, han tenido apenas su niño, y están animados por el deseo de cumplir aquello que está prescrito. No es un hecho exterior, no es por cumplir la regla, ¡no! Es un deseo fuerte, profundo, lleno de alegría.
¿Y qué cosa dice san Lucas de los ancianos? Subraya que estaban guiados por el Espíritu Santo. De Simeón afirma que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel y que «el Espíritu Santo estaba en él» (2,25); dice que «el Espíritu Santo le había prometido» que no moriría antes de ver al Mesías del Señor (v. 26); y finalmente que se dirigió al Templo «conducido por el Espíritu» (v. 27). Luego de Ana dice que era una «profetisa» (v. 36), o sea inspirada por Dios; y que no se apartaba del Templo, «sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones» (v. 37). En resumen, estos dos ancianos ¡están llenos de vida! Están llenos de vida porque son animados por el Espíritu Santo, dóciles a su acción, sensibles a sus llamados
Es un encuentro entre los jóvenes llenos de alegría en el observar la Ley del Señor y los ancianos llenos de alegría por la acción del Espíritu Santo. ¡Es un encuentro singular entre observancia y profecía, donde los jóvenes son los observantes y los ancianos son los proféticos! En realidad, si reflexionamos bien, la observancia de la Ley está animada por el mismo Espíritu, y la profecía se mueve en el camino trazado por la Ley. ¿Quién más que María está llena de Espíritu Santo? ¿Quién más que ella es dócil a su acción?
Jesús nos sale al encuentro en la Iglesia a través del carisma fundacional de un Instituto: ¡es bello pensar así en nuestra vocación! Nuestro encuentro con Cristo ha tomado su forma en la Iglesia mediante el carisma de un testigo suyo, de una testigo suya. Esto nos sorprende siempre y nos hace dar gracias.
Y también en la vida consagrada se vive el encuentro entre los jóvenes y los ancianos, entre observancia y profecía. ¡No las veamos como dos realidades que se contraponen! Dejemos más bien que el Espíritu Santo anime a ambas, y la señal de esto es la alegría: la alegría de observar, de caminar en una regla de vida; y la alegría de estar guiados por el Espíritu, jamás rígidos, jamás cerrados, siempre abiertos a la voz de Dios que habla, que abre, que conduce, que nos invita a ir hacia el horizonte.
Hace bien a los ancianos comunicar la sabiduría a los jóvenes y hace bien a los jóvenes recoger este patrimonio de experiencia y de sabiduría, y llevarlo adelante – no para guardarlo en un museo, sino para llevarlo adelante, con los desafíos que la vida nos presenta. Por el bien de las respectivas familias religiosas y de toda la Iglesia.

Autor:
Papa Francisco
Fecha:
02/02/2014
Lugar:
Ciudad del Vaticano, fiesta de la presentación del Señor

Referencia
http://www.news.va/es/news/misterio-del-encuentro-con-cristo-luz-del-mundo-ob


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